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Magueyes de México

Agave procede del vocablo griego Agavé significa algo admirable, noble, ilustre, brillante.

Agave describe el nombre científico de una especie de planta, maguey nos habla del nombre común, el que la gente lo ha nombrado.


Los magueyes de México, testigos mudos de siglos de historia, son más que simples plantas; son leyendas vivientes y herencia. Desde el espadín, con sus hojas afiladas como espadas, hasta el majestuoso Cuish, con su tronco de madera, cada maguey cuenta una historia única.

Por generaciones, los maestros mezcaleros, palenqueros, vinateros, han aprendido y cultivado la tradición de elaboración.

En las tierras áridas y rocosas de México, estos agaves crecen con determinación, esperando años, a veces décadas, para revelar su esencia.

La piña, corazón de la planta, se convierte en el alma de los espectaculares destilados, en los oscuros hornos de tierra, donde el humo y las brasas hacen magia.

Cada maguey es una expresión única de su entorno, un reflejo de la tierra que lo alimenta.

En las manos expertas de los maestros, estos magueyes se convierten en el elixir que conecta el pasado con el presente.

En cada sorbo, se despiertan los susurros de la tierra mexicana, y los magueyes se convierten en los guardianes silenciosos de las tradiciones que perduran en cada gota de esta bebida ancestral.

Nuestro compromiso es respetar y compartir las tradiciones de elaboración de destilados existentes en los pueblos de todo México.

La distinción entre “agave” y “maguey” radica en que “agave” se refiere específicamente al nombre científico de una especie particular, mientras que “maguey” es un término de uso común otorgado a la planta a lo largo de generaciones.

En este sentido, una misma especie de agave puede recibir varios nombres de maguey para su descripción, reflejando la riqueza tradicional que se entrega en las diferentes denominaciones que han surgido a lo largo del tiempo y la geografía para una especie en particular.